Cuidados informales
La Mesa Asesora por los Cuidados se constituyó en septiembre de 2021 respondiendo a la necesidad de poner en marcha un mecanismo participativo de carácter estable que acompañase al Ministerio de Igualdad y al Instituto de las Mujeres en su agenda sobre políticas públicas de cuidados.
Uno de los objetivos fundamentales de la Mesa es la elaboración de un Documento de Bases que pueda inspirar el fundamento de un futuro Sistema Estatal Público de Cuidados.
Para alcanzar este objetivo la mesa constituyó diversos grupos de trabajo para establecer el marco teórico-conceptual de los cuidados, y los pilares sobre los que debería asentarse el sistema. Así mismo, la Mesa también acordó enriquecer los debates de los grupos de trabajo a través de la celebración de tres foros de deliberación pública.
Estos Foros, impulsados por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y el Ministerio de Igualdad, han formado parte de la hoja de ruta para la elaboración de una Estrategia Estatal de Cuidados, y han permitido ampliar la participación en este momento con más colectivos y organizaciones de la sociedad civil organizada en el ámbito de los cuidados que, mediante el trabajo en distintas mesas de deliberación, han permitido enriquecer el debate e inspirar las políticas públicas en la materia, entre ellas la futura Estrategia Nacional de Cuidados.
CEAFA trabaja para poner en valor a las personas excuidadoras y para colocarlas en el centro de atención, realizando este estudio para conocer su situación y detectar, en su caso, sus necesidades. El proyecto, persigue tres objetivos:
– Conocer el perfil de quien, tras años de ofrecer atenciones y cuidados a un familiar con la enfermedad, han dejado de ejercer ese rol.
– Analizar cuál es su situación personal, a través de un cuestionario elaborado para tal efecto.
– En base al conocimiento adquirido en el objetivo anterior, proponer, llegado el caso, medidas en relación con la situación y necesidades que puedan detectarse, de cara a mejorar la calidad de vida de aquellas personas que lo necesiten.
La familia, en particular la mujer, es la que tradicionLa baja natalidad, la baja mortalidad, la elevada expectativa de vida y el consecuente predominio de las enfermedades crónicas y del grupo de personas mayores son las principales características actuales y futuras de nuestra sociedad, epidemiológica y demográficamente hablando. Estos factores conllevan un incremento imparable en el número de personas dependientes que requieren cuidados de larga duración y de las necesidades de asistencia desde los sistemas formal e informal.
La familia, en particular la mujer, es la que tradicionalmente ha asumido la atención a las personas dependientes en el domicilio, dado el carácter sociológicamente familista de las sociedades mediterráneas (Esping – Andersen, 1999). Por un lado, esta situación es insostenible en la actualidad por la fuerte discriminación de género que implica y porque la responsabilidad de los cuidados descansa sobre un grupo de la población cuya disponibilidad es finita, dado el cambio cultural y laboral hacia la igualdad de género en nuestro país (Garcés, Ródenas y Sanjosé, 2003; Gorri et al., 2003).
Todo ello, influye negativamente sobre la calidad de vida y el bienestar psicológico de las personas dependientes, a la vez que también sobre sus cuidadores principales. Es por todo ello, que la carga de los cuidadores informales se ha conformado hoy como un problema sanitario y social que requiere un profundo estudio, a la vez que soluciones adecuadas por medio de programas de apoyo e intervención desde la Psicología, entre otras ciencias. almente ha asumido la atención a las personas dependientes en el domicilio, dado el carácter sociológicamente familista de las sociedades mediterráneas (Esping – Andersen, 1999). Por un lado, esta situación es insostenible en la actualidad por la fuerte discriminación de género que implica y porque la responsabilidad de los cuidados descansa sobre un grupo de la población cuya disponibilidad es finita, dado el cambio cultural y laboral hacia la igualdad de género en nuestro país (Garcés, Ródenas y Sanjosé, 2003; Gorri et al., 2003).