género
Resumen En esta publicación se analiza, desde el enfoque de género, el fenómeno del envejecimiento de la población y su feminización. Se ofrecen datos actualizados sobre los aspectos más destacados […]
Las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los hombres, pero tienen una calidad de vida peor y se enfrentan a más riesgo de pobreza, violencia, discriminación y soledad […]
Son bien conocidas las situaciones de desventaja que las mujeres han tenido y todavía presentan en el ámbito laboral debido a que no han tenido a lo largo de su vida las mismas condiciones sociales y laborales que los hombres. Lo anterior trae como corolario que las cuantías de las pensiones de unas y de otros estén marcadas por una brecha que vuelve a poner en situación de desigualdad a las mujeres en cuanto a los recursos que reciben en la edad avanzada, tanto si tienen una pensión de jubilación como si es de viudedad.
Documento preparado y editado por la Unidad de Redes Transdisciplinarias de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, basado en la Sexta Escuela Internacional de Verano sobre Envejecimiento.
La familia, en particular la mujer, es la que tradicionLa baja natalidad, la baja mortalidad, la elevada expectativa de vida y el consecuente predominio de las enfermedades crónicas y del grupo de personas mayores son las principales características actuales y futuras de nuestra sociedad, epidemiológica y demográficamente hablando. Estos factores conllevan un incremento imparable en el número de personas dependientes que requieren cuidados de larga duración y de las necesidades de asistencia desde los sistemas formal e informal.
La familia, en particular la mujer, es la que tradicionalmente ha asumido la atención a las personas dependientes en el domicilio, dado el carácter sociológicamente familista de las sociedades mediterráneas (Esping – Andersen, 1999). Por un lado, esta situación es insostenible en la actualidad por la fuerte discriminación de género que implica y porque la responsabilidad de los cuidados descansa sobre un grupo de la población cuya disponibilidad es finita, dado el cambio cultural y laboral hacia la igualdad de género en nuestro país (Garcés, Ródenas y Sanjosé, 2003; Gorri et al., 2003).
Todo ello, influye negativamente sobre la calidad de vida y el bienestar psicológico de las personas dependientes, a la vez que también sobre sus cuidadores principales. Es por todo ello, que la carga de los cuidadores informales se ha conformado hoy como un problema sanitario y social que requiere un profundo estudio, a la vez que soluciones adecuadas por medio de programas de apoyo e intervención desde la Psicología, entre otras ciencias. almente ha asumido la atención a las personas dependientes en el domicilio, dado el carácter sociológicamente familista de las sociedades mediterráneas (Esping – Andersen, 1999). Por un lado, esta situación es insostenible en la actualidad por la fuerte discriminación de género que implica y porque la responsabilidad de los cuidados descansa sobre un grupo de la población cuya disponibilidad es finita, dado el cambio cultural y laboral hacia la igualdad de género en nuestro país (Garcés, Ródenas y Sanjosé, 2003; Gorri et al., 2003).