Declaración de la Fundación Pilares para la autonomía personal en la celebración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a las Personas Mayores (15 junio 2020)
Hoy, 15 junio, conmemoramos el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a las Personas Mayores y lo hacemos en medio de una crisis sanitaria mundial, que se ha cobrado en España muchos miles de muertos entre las personas mayores. Han aflorado de la manera más cruda las trágicas consecuencias de los efectos del edadismo y el estigma que existe en la sociedad, la asociación entre vejez y discapacidad, la minusvaloración de la vida de las personas mayores… Ello es reflejo de los estereotipos existentes que generan una visión negativa, homogeneizadora y uniforme de ellas, muy alejada de la realidad.
La pandemia ha tenido muchas otras consecuencias en diferentes áreas, pero ha sido especialmente virulenta en el ámbito de los cuidados de larga duración. Las personas mayores han sufrido restricciones muy graves en el ejercicio de sus derechos y se han evidenciado las debilidades del sistema de cuidados y la necesidad de reflexionar y asumir que necesitamos un cambio de modelo.
Ante la pandemia de la COVID-19, desde nuestra Fundación se han elaborado muchos artículos y documentos y se ha participado en la redacción y difusión conjunta de diferentes declaraciones en favor de un cambio de modelo. Entre ellas, la que elaboramos desde la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores de la que forma parte nuestra Fundación, que se envió al Gobierno con propuestas, tanto para las fases de desescalada y control del riesgo, como de acciones de futuro. Entre otras, pedíamos -y reiteramos hoy- que se garantice el derecho a la sanidad pública de todas las personas mayores independientemente de donde vivan; un plan de ampliación y mejora de los servicios profesionales de atención domiciliaria, teleasistencia y residencias; la adecuada financiación de la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia (LAPAD) y la mejora de sus prestaciones; apoyo a la Convención Internacional sobre los Derechos Humanos de las personas mayores; y la puesta en marcha de políticas públicas dirigidas a evitar su discriminación y a hacer efectivos sus derechos.
Porque, aunque las personas mayores tienen los mismos derechos que los demás, en demasiadas ocasiones estos se vulneran y, sobre todo, esto ocurre cuando tienen una situación de dependencia, tal como se ha puesto de manifiesto durante la pandemia. Es necesario conocer qué derechos se han violado, en qué situaciones, por qué motivos. Por ello, la Fundación Pilares publicó en 2019 el libro Derechos y deberes de las personas mayores en situación de dependencia y su ejercicio en la vida cotidiana , en el que se recogen los principales resultados de una investigación que realizamos sobre la vulneración de tales derechos humanos, que se producen tanto en residencias como en el ámbito familiar: derecho a la libertad y autonomía para tomar decisiones sobre su propia vida, derecho a la intimidad, al honor y a la propia imagen, derecho a la libre circulación, discriminación en el acceso a los servicios de salud… El objetivo de esta publicación y de la línea de trabajo que continuamos desarrollando es ofrecer instrumentos aplicados para favorecer que, tanto las y los profesionales del cuidado como las familias cuidadoras, puedan identificar los derechos que se vulneran en la vida diaria de la persona mayor a la que atienden y aprender estrategias y habilidades que garanticen su ejercicio y respeten su dignidad. Y todo desde el modelo de atención integral y centrada en la persona. Este año publicaremos una Guía práctica de actuación para ayudar a profesionales y familias en esta línea de protección de derechos.
En una fecha como ésta, Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a las Personas Mayores consideramos necesario plantear nuevamente la necesidad de:
- Elaborar políticas públicas y estrategias desde un enfoque basado en los derechos de las personas y en los principios de la ética.
- Contar con la participación de las personas mayores en la toma de decisiones de cualquier medida a implementar.
- Desarrollar programas orientados a modificar los estereotipos negativos de la vejez y de las personas mayores y evitar el lenguaje estigmatizante.
- Promover campañas de sensibilización para la toma de conciencia de toda la sociedad del abuso y maltrato de las personas mayores y poner en valor la contribución social y económica que estas realizan cotidianamente.
- Desarrollar programas de formación para profesionales sobre buen trato en la relación de cuidados.
- Fomentar las relaciones sociales, la inclusión y la participación social y evitar el aislamiento y la soledad de las personas mayores.
- Adquirir un compromiso real por parte de las Administraciones Públicas de liderar las actuaciones necesarias para la implementación del modelo de atención integral y centrada en la persona en todos los servicios relacionados con los cuidados de larga duración.