“El poder de lo Comunitario en tiempos de…” Ana García

En menos de una semana, vimos como el apoyo mutuo tomaba nuestros barrios y pueblos.

Los vecinos y las vecinas de muchos barrios y pueblos, antes de que a ninguna entidad encargada de prestar apoyos y cuidados sociosanitarios, a las personas que los requieren, pública o privada, grande o pequeña, le hubiese dado tiempo a organizarse ante la nueva situación que estábamos viviendo, ya se habían organizado para apoyar a sus vecinxs más vulnerables, y estos son en su mayoría, Personas Mayores y/o en Situación de Dependencia. Muestra de esto son las muchas redes vecinales que, no sólo se pusieron a funcionar, sino que velozmente, fueron capaces de ponerse nombre (Por ejemplo, SomosTribuVK, Coronamakers…), aglutinar todas las iniciativas similares y difundirlas todas juntas. Todo ello a través de pizarras virtuales colaborativas, chats grupales de mensajería instantánea, etc. sin importarles dar su nombre, número de teléfono, dirección postal y necesidades descubiertas.

Y eso es porque a la organización social le caracteriza la espontaneidad, la creatividad, la colaboración y la confianza, libre de burocracias y normativas, lo que dinamiza y agiliza sensiblemente los ritmos.

Compras de alimentos, de medicamentos, ocio, entretenimiento, educación, alfabetización digital, asesoría laboral, bancos de alimentos, son algunos ejemplos de lo que la vecindad, organizada previamente, o novata en sistemas de organización, ha conseguido construir y compartir de forma colectiva.

Otra red informal, al igual que la vecinal, y que no podemos olvidar, es la de la familia y las amistades. Quién no ha llamado, video-llamado o chateado con esa familiar, conocido/a o amigo/a que en otras circunstancias no veía el momento de hacerlo. Por un lado, para saber si estaba bien, si necesitaba algo pero también, por otro, para reafirmar los vínculos, porque todas las personas necesitamos tener vínculos, y da igual si en algunos momentos somos quienes prestamos esos apoyos y en otros somos quienes los recibimos.

Ahora, y más que antes, estamos viendo y viviendo cómo todos los agentes de la comunidad, cada uno en su papel, se involucran hacia el apoyo a las personas que más nos necesitan.

Por su parte, las Entidades Sociales le han dado una vuelta a su forma de trabajar, y puesto en marcha nuevas iniciativas para poder hacer llegar sus recursos y servicios a las casas de las personas con las que trabajan que ahora están confinadas: Atención psicológica, acompañamiento, lecturas, actividades para entretenerse y, por qué no, mantener activas nuestras capacidades cognitivas y funcionales, etc.

“Somos seres sociales e interdependientes, nunca fuimos individuales ni independientes. Nos necesitamos unas a otros”

Por otro lado, están tratando de canalizar y conectar a muchas personas que, de forma espontánea, se han animado a ponerse en contacto con éstas para “poder echar una mano” de forma altruista. Ha ocurrido esto, entre otras, con aquellas entidades que trabajan con personas mayores que se encuentran y/o sienten solas. Si bien hay personas que prefieren o necesitan una organización formal detrás, lo primero que les han propuesto es “¿por qué no llamas a tu vecinx de abajo?”, pues cuando esto se acabe, igual puedes tomarte un café con él o ella, y entablar una relación de amistad, que nunca te hubieses planteado si no fuese por esta situación.

Ojalá esta situación nos haga reconectar con nuestra más pura esencia: somos seres sociales e interdependientes, nunca fuimos individuales ni independientes. Nos necesitamos unas a otros , y ahora que nos faltamos, nos hacemos más conscientes de ello.

Asimismo, el Mercado se ha volcado en quien más lo necesita. Algunos supermercados han establecido una franja horaria matutina reservada, cajas exclusivas, y ayuda en el embolsado, para personas mayores; otros les dan prioridad para que no hagan cola. No podemos olvidar los mercados municipales, que brindan la posibilidad, no sólo del reparto a domicilio, sino de poder hacer pedidos a través del teléfono, pues no todo el mundo, y mayormente las personas mayores, tienen acceso y/o destreza en internet. Es muy probable que esta medida no sea nueva, pues los mercados de barrio siempre han sido, y siguen siendo, junto a otros comercios locales y familiares, los preferidos por las personas mayores, precisamente por esa atención personalizada que ofrecen: trato cercano, conversación y acompañamiento, tanto físico como afectivo.

No hace falta decir mucho, de los profesionales sanitarios y de los servicios sociales, pues todos los días reciben un gran aplauso desde ventanas y balcones. Pero hay que destacar otros gestos que, de nuevo, vienen de otros agentes de la comunidad, y es que algunas vecinas han llegado a llevar mascarillas que tenían en casa, ante la escasez de las mismas, incluso a fabricarlas de tela, junto a batas, repartiéndolas a quienes las precisan. El servicio de taxi se ha puesto a disposición del servicio sanitario con carácter gratuito, y hasta en un centro de salud, el churrero del pueblo, no sabemos si sale a aplaudir cada tarde pero sí ha llevado el desayuno a los trabajadores y trabajadoras de su centro de salud: churros y chocolate.

“Ahora más que nunca se visibiliza el valor de los cuidados”

Desde Fundación Pilares abanderamos y defendemos una sanidad pública, de calidad, y universal, visibilizándose ahora más importante que nunca dado el carácter de la situación, que no distingue entre personas. También propugnamos unos servicios sociales que tengan más reconocimiento social y estén mejor dotados de profesionales y recursos para que desde el SAD, los centros de día o las residencias puedan hacer su trabajo con más y mejores medios.

Y la Administración, por último, en su imprescindible papel, que es velar por la garantía de los derechos de todas las personas, poniendo todas sus instituciones al servicio de la ciudadanía, reclutando a otras necesarias, solicitando la colaboración de otras entidades del tercer sector, rogando la responsabilidad a toda la ciudadanía, y ofreciendo información veraz, pues cuando la administración la ofrece, los bulos no tienen cabida.

Ahora más que nunca se visibiliza el valor de los cuidados . Y desde aquí queremos hacer un guiño a las proveedoras de servicios domésticos (limpieza y cuidados), y a aquellas personas que son contratadas directamente por las familias, que cada día permiten que muchas personas, vivan donde vivan, se levanten, se vistan, se aseen, se alimenten, se muevan y se acuesten. Sin estos apoyos diarios y permanentes, no podrían hacerlo solas.

Estamos viviendo una situación difícil y única, y estamos haciendo cosas que nunca pensamos que íbamos a hacer… pero también estamos viendo, que somos capaces de darle la vuelta a nuestra rutina, a nuestro estilo de vida, a nuestro trabajo… para dar respuesta a lo que las personas necesitan . Un claro ejemplo es la drástica disminución de la contaminación, que nos permite tomar conciencia de la capacidad transformadora que tenemos al unirnos.

En nuestra mano está construir pueblos y ciudades cuidadoras y amigables con todas las personas.

… las crisis siempre tienen otra cara: la de las OPORTUNIDADES.

(Texto de Ana García, técnica de la Fundación Pilares para la autonomía personal)

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