FUNDACIÓN OBRA SOCIAL MONTEPÍO
Este programa desarrollado en una crisis social y sanitaria sin precedentes pretende ser una vía de comunicación y conexión con el entorno de la zona rural y los residentes y sus familias. No solo se hacen y reciben llamadas a las familias (de forma totalmente confidencial), sino que se hacen y reciben mensajes de apoyo de todo tipo para que nuestros residentes permanezcan conectados con el mundo exterior.
Se trata de un programa comunitario que se lleva a cabo a través de dos proyecto diferenciados y acciones intergeneracionales dirigidas tanto a los residentes como a la comunidad a la que pertenecen, es decir, de habilitar sistemas de apoyo en la comunidad para la puesta en marcha de este recurso y para conseguir el acercamiento y la solidaridad intergeneracional favoreciendo la convivencia y poniendo de manifiesto los numerosos beneficios para
las diferentes generaciones .
Había planificados talleres en diferentes áreas de la geografía asturiana, cuando el virus llegó a nuestras vidas. Antes de empezar el confinamiento, en muchas de las conversaciones con las personas que forman el programa PACAS (Paciente Activo Asturias), y no sólo ellos y ellas, empezaron a preguntar y preguntar ¿y el virus? Si les llamábamos por otro motivo, se volvía de forma recurrente a la pregunta. Lo que quiere decir que tenían necesidad de información. Después de realizar una escucha activa, nos planteamos este tipo de preguntas: ¿Qué tipo de información necesitaban? ¿No había ya suficiente? ¿Acaso no les llegaba de la forma más adecuada o por el canal más convincente?:Sabíamos, que tras el amparo de la institución (Consejería de Salud) y la colaboración de Fundación Obra Social Montepío y el respeto y reconocimiento tras los cinco años del desarrollo de PACAS en
Asturias, podíamos y debíamos dar una respuesta, a la demanda que habíamos detectado.
Este programa desarrollado en una crisis social y sanitaria sin precedentes pretende ser una vía de comunicación y conexión con el entorno de la zona rural y los residentes y sus familias. No solo se hacen y reciben llamadas a las familias (de forma totalmente confidencial), sino que se hacen y reciben mensajes de apoyo de todo tipo para que nuestros residentes permanezcan conectados con el mundo exterior.
Este proyecto surge tras detectar la necesidad de recuperar la historia de las mujeres trabajadoras del carbón. Los éxitos cosechados animan a la fundación a impulsar esta actividad con una muestra fotográfica que recorre con sus fotos 150 años de historia del carbón a través del rostro de mujeres que han tenido y tienen, además de la dureza de la profesión el añadido de haber trabajo de manera silenciosa en labores mal pagadas o injustamente retribuidas, y sin apenas visibilidad, sumidas en un mundo masculinizado donde incluso estaba mal visto socialmente que la mujer desarrollase esta actividad laboral, aunque la necesidad y la supervivencia obligasen a ello.