Díaz-Veiga, Pura
Muchas de las personas que reciben atención en los centros tienen deterioro cognitivo o demencia. Son personas que tienen necesidades especiales pero que siguen siendo portadoras de derechos y de una identidad propia que requiere aceptación y protección por quienes les cuidamos.
La comunicación es un aspecto clave en el buen cuidado de las personas con demencia. Una adecuada comunicación con las personas con demencia es una estrategia esencial para favorecer el bienestar y para prevenir y abordar las alteraciones del comportamiento que pueden producirse cuando el entorno que les rodea se vuelve confuso.
No obstante, la comunicación con la persona con demencia no siempre es fácil. Requiere mirada y el desarrollo de ciertas actitudes y habilidades por parte de quien acompaña y cuida. Los y las profesionales necesitamos apoyo para ello.
Las medidas exigidas por la Covid19 han mostrado las dificultades especiales de las personas con demencia ante muchas de las situaciones vividas y cómo la comunicación cobra una especial importancia para apoyar a estas personas.
Esta ruta trata de aproximarnos a varios de las cuestiones que favorecen el bienestar a través de una adecuada comunicación entre la persona que compaña y la que es acompañada. Todo ello partiendo de una reflexión, primero individual y luego en equipo, sobre cuáles son nuestras actitudes y creencias entorno al deterioro cognitivo y a las personas con demencia.
En el contexto del modelo de atención centrada en la persona, se expone la creación y validación de un instrumento observacional para la evaluación del bienestar en personas con demencia, desde una perspectiva que pretende destacar los efectos que el entorno físico y social tienen en la persona, y cómo se reflejan en su bienestar.
Material y método El Listado de Indicadores de Bienestar (LIBE) se creó siguiendo un proceso inductivo iterativo con profesionales de distintas disciplinas, hasta llegar a la versión validada. Se validó en dos estudios sucesivos con una muestra de 79 personas con demencia. Se realizaron análisis de capacidad de discriminación de los indicadores que componen la escala, consistencia interna, fiabilidad interjueces, y validez convergente y discriminante.
Resultados Se obtuvo una consistencia interna α de Cronbach de 0,81. Respecto a la fiabilidad interjueces, el CCI hallado entre los 3 evaluadores fue significativo para todos los indicadores con puntuaciones entre 0,59 y 1,00. Se estudió la validez convergente comparando las puntuaciones en cada indicador de LIBE con las puntuaciones en cada ítem de QUALID, y se encontraron asociaciones significativas entre la categoría de respuesta en ciertos ítems de QUALID y la categoría de respuesta en ciertos indicadores de LIBE. Para la validez discriminante se compararon las puntuaciones obtenidas en cada indicador de LIBE con las puntuaciones en cada ítem de PAINAD-Sp, y no se encontró ninguna asociación significativa.
Conclusión LIBE ofrece una medida observacional de conductas consideradas indicadores de bienestar en personas con demencia que viven en centros residenciales. Es un instrumento válido y fiable, que ofrece una perspectiva diferente de medida de un constructo poco explorado en las poblaciones con demencia. Es un instrumento fácil de aplicar, con distintos usos (clínicos, de intervención, de investigación), y aplicable por profesionales de distintas disciplinas.
Este artículo analiza la experiencia durante la crisis de la covid-19 de 146 profesionales que aplican el enfoque de atención centrada en la persona en residencias de personas mayores. Según los testimonios, la crisis tuvo efectos globales y provocó un cambio brusco en los vínculos relacionales sobre los que se sustenta la atención centrada en las personas. La certeza que recompone estos vínculos se encuentra en la pertenencia, el propósito, el equipo, la confianza y una actitud positiva. La información, la participación, el reconocimiento y los lugares de encuentro se identifican como estrategias promotoras de bienestar, no solo en situaciones de emergencia sanitaria sino también como acciones estables en contextos de cuidados centrados en las personas.
Esta guía ha sido preparada para que las personas que se ocupan de apoyar a personas con demencia en sus rutinas del día a día, tengan una herramienta práctica par realizar actividades cotidianas terapéuticas significativas.
Desde el marco de la Atención Gerontológica Centrada en la Persona (ACP) “se asume, como punto de partida, que las personas mayores, como seres humanos que son, merecen ser tratadas con igual consideración y respeto que cualquier otra persona, desde el reconocimiento de que todos tenemos igual dignidad.
El trato digno en la atención a las personas mayores en situación de dependencia se traduce en buscar el máximo beneficio terapéutico y la máxima independencia y control de la vida cotidiana posibles, desde el marco de la atención integral y de la calidad de vida de los individuos.
Desde este modelo de atención se enfatiza lo propio, lo cotidiano y lo significativo para cada persona como características primordiales de las intervenciones y de la calidad de la atención” (Martínez, 2011).
La importancia de que las personas con demencia realicen actividad es un hecho no discutido. Sin embargo, y unido al desarrollo de la Atención Centrada en la Persona, cada vez se evidencia la mayor importancia de que la actividad que se realice sea una actividad con significado, individualizada y basada en la historia de vida, gustos y preferencias de cada persona. Este artículo ofrece una revisión sobre el tema, y una reflexión sobre la necesidad de poner énfasis en la realización de este tipo de actividades y en evidenciar sus efectos sobre las personas con demencia.
(Guía 1 de la Fundación Pilares) La Fundación Pilares para la Autonomía Personal publica esta innovadora guía dirigida a familias cuidadoras de personas mayores frágiles o en situación de dependencia y personas con discapacidad.