Fundación Caser
Múltiples estudios han demostrado la ineficacia de los modelos tradicionales de atención, la opinión científica y los Organismos Internacionales reconocen a nivel global los beneficios que tendría la implementación de […]
El objetivo del estudio, del que se presentan algunos de sus resultados en este artículo, es conocer las dificultades existentes y las propuestas de mejora para lograr la adecuación de la atención domiciliaria sociosanitaria a las necesidades y preferencias de las personas que requieren cuidados de larga duración.
El método utilizado parte de un enfoque participativo basado en la triangulación utilizando material empírico primario derivado de técnicas cualitativas (23 entrevistas a agentes clave y 2 grupos de discusión).
Los resultados muestran que desde el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) convencional podría generarse un revulsivo para ampliar su contenido y desarrollar una atención en el entorno que integre diferentes actuaciones y dimensiones: lo social y lo sanitario, la atención formal y la informal, la coordinación entre todos los recursos que existan en el territorio (desde el asociacionismo, el voluntariado, los centros cívicos socioculturales, las farmacias y comercios, entre otros), la atención y apoyo a las familias, las intervenciones en la vivienda, el uso de productos de apoyo y tecnología y la participación social.
En suma, urge considerar los retos que se nos presentan para afrontar adecuadamente el cambio demográfico en pro de un envejecimiento activo y saludable, con políticas integrales y centradas en las personas favoreciendo la permanencia en el domicilio y en su entorno comunitario, evitando la institucionalización y dando continuidad a sus proyectos de vida.
Si la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades, según la definición de la Organización Mundial de la Salud, (OMS), quienes trabajan con personas en situación de dependencia no pueden actuar incidiendo sólo en uno de los tres aspectos señalados por la OMS. El bienestar y la calidad de vida de estas personas va a depender tanto del cuidado de la salud física y psíquica como de su presencia activa en la vida comunitaria. En definitiva, se trata de cambiar el enfoque centrado en el servicio que se presta y ponerlo en la propia persona atendida, teniendo en cuenta su biografía, sus vínculos emocionales y sus proyectos personales. La coordinación de los servicios sanitarios y sociales es una oportunidad para hacer realidad el modelo de Atención Integral Centrada en la Persona.
Fundación Pilares publica junto con Fundación Caser el libro “Viviendas para personas mayores en Europa. Nuevas tendencias para el Siglo XXI. Esta publicación corresponde al Nº 3 de la Colección de Papeles de la Fundación.
El número 21 de la Revista Actas de Coordinación Sociosanitaria publicado por CASER en noviembre de 2017, lleva el artículo “Red de buenas prácticas de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal relacionadas con el Modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona”. Pilar Rodríguez Rodríguez, presidenta de Fundación Pilares, Penélope Castellón Villarejo, directora técnica de Fundación Pilares y Ana García Mendoza, responsable de la Red de Buenas Prácticas de Fundación Pilares han sido las autoras de este artículo.
Fundación Pilares, Fundación Caser y FEMP coeditan esta publicación en la que se examina la situación actual y las perspectivas de futuro del SAD en el ámbito local.